Construido en el área urbana del municipio de Funza, el colegio El Hato se dispone alrededor de un patio de juegos cuyo trazado se asemeja al de un tejido muisca e incluye árboles, zonas de juegos y una zona para eventos en su primera planta. La biblioteca, de doble altura, es un espacio óptimo para el aprendizaje de los cientos de niños que pasarán por allí.

En un lote de tamaño reducido, ubicado en el área urbana del municipio de Funza, se construye un colegio en altura, alternando salones de clase con espacios libres para la socialización de los alumnos. El recorrido vertical se realiza por medio de una rampa que posee distintos colores, todos estos aportan dinamismo y energía al proceso de aprendizaje. Asimismo, la rampa funciona como espacio recreativo.

La Institución Educativa Distrital San Ramón, construida en el área rural del municipio de Funza, combina el aprendizaje tradicional con el igualmente importante aprendizaje de labores rurales, como el cuidado de los cultivos. Construido con la técnica de Mat Building, el edificio otorga la libertad de combinar los módulos de aulas con parcelas de cultivo.

El borde de la ciudad de Bogotá se está definiendo con operaciones de economía mixta, basados en desarrollos de vivienda gestionados por el sector privado y equipamientos a cargo del sector público.

Incluidos en un Plan parcial, al sur de la cuidad, el encargo son dos colegios para 1140 estudiantes cada uno. Ubicados en dos lotes colindantes con el mismo programa arquitectónico, se diseñaron dos edificios diferentes a partir de las cualidades urbanísticas y con la intención de ofrecer a los niños experiencias diversas. La materialidad y la espacialidad son propias de la identidad de cada uno de los colegios.

Ubicado en Bogotá, Colombia, el Centro Educativo Tabora es una institución distrital cuyo programa incluye 25 aulas para preescolar, primaria y bachillerato, además de espacios para la socialización y canchas múltiples, laboratorios y espacios de autoaprendizaje repartidos en bloques destinados a cada grupo de edad. A partir de 2021, recibirá cerca de 1700 estudiantes en jornada única.

Diseño de arquitectura interior para el bloque de bachillerato del Colegio de Inglaterra (The English School) en Bogotá, Colombia.

Sobre un terreno muy ajustado, tres bloques compactos correspondientes a etapas sucesivas de construcción contienen primaria y bachillerato en tres pisos, los servicios comunales en dos pisos y el preescolar en un piso, formando una espiral.

Con un marcado carácter urbano, el colegio tiene capacidad para 1500 niños y ofrece un patio central, además de terrazas en los pisos altos y una cancha múltiple en la cubierta para suplir el déficit de área en el terreno. El manejo del color precisa el lenguaje de la función y mejora la proporción en el contexto.

En el Colegio de Inglaterra (The English School) de Bogotá, Colombia, adelantamos ésta operación de arquitectura interior en el bloque de Pre-escolar y Primaria.

La forma general del edificio se mantuvo y el interior fue modificado para actualizarlo a la tecnología, la normativa y la nueva pedagogía, disolviendo los límites y aprovechando todo el espacio disponible para la enseñanza.

En Pre-escolar se anexaron áreas exteriores como parte de las aulas. En primaria, además de las aulas de clase se remodelaron la Biblioteca y el Teatro. En los recorridos se integraron algunos muebles, iluminación natural y volúmenes coloridos, transformándolos en lugares estimulantes, dónde los niños pueden encontrarse y aprender.

Como parte del programa gubernamental de respuesta al fenómeno de la niña, sucedido en el país en los años 2010-2011, se desarrolló esta Consultoria integral para el Fondo Adaptación incluyendo cinco colegios ubicados en zonas inundables de la región Caribe. El régimen de lluvias modifica el nivel de las ciénagas por cuatro meses al año, durante los cuales los terrenos son inundables. En estos lugares los edificios se elevan sobe palafitos. Durante los ocho meses correspondientes a la estación seca es posible llegar por vía terrestre y durante los cuatro meses correspondientes a la estación lluviosa, la llegada es posible por vía fluvial.

Atendiendo a las condiciones climáticas de la región, los colegios fueron definidos por los principios de arquitectura bioclimática en términos de la orientación correcta, la ventilación adecuada, la protección contra la inclemente radicación solar y el uso de materiales, detalles y colores existentes en cada lugar, con el fin último de armonizar la relación simbólica y energética de los colegios con su entorno.

Un programa de construcción de escuelas para el resguardo indígena de Únuma, promovido por el Municipio de Puerto Gaitán, da lugar a esta propuesta de siete unidades construidas con base en un módulo adaptable.

El diseño arquitectónico como agrupación centralizada es una espacialización de la iconografía Sikuani. Las aulas no tienen puertas, se llega a través de un recorrido que bordea el edificio hasta un patio aislado del paisaje que reaparece en el interior salón.

Son escuelas construidas en lugares apartados con escasa provisión de materiales. La planta del conjunto, el diseño de pisos y la envolvente reproducen también motivos Sikuani.